Novela

Mi relación poco convencional.

CAPÍTULO I

LA PRIMICIA 

Somos adolescentes en un mundo tergiversado, en lugares llenos de caos o en zonas donde ni siquiera aparece la luz del sol. Planteamos estrategias, vivimos una vida acelerada, descargamos algunas Apps y todo termina en un rodeo de aquí para allá y de allá para acá, o más bien de manera paralela, en un mundo totalmente inverso, donde posiblemente nadie conozca tu verdad y la primicia de tu vida sea la sombra que ocultar. Sí, así somos, con desenfreno, con ganas de amar al equivocado, con ganas de pisar profundo como si no hubiera  tierra que tocar, con tacones y la madrugada en las manos desatando todo ese mundo ficticio en el que habitamos. Arrancamos nuestra piel como las serpientes; para lucir con la nueva lo que sería nuestra condena. 

Si has llegado hasta aquí es porque posiblemente el párrafo de arriba te logró conectar, bueno eso supongo yo. A partir de este momento no daré datos sobre mí, más bien esperen hasta que comience la historia. Lo mejor sería empezar con un prólogo pero es aburrido tener que extenderme en eso cuando ni siquiera lo van a leer y a comprender. Bueno anyway. Sigamos para que la trama te termine de condensar. Y no se preocupen, no habrá ni santo, ni mojigato, solo verdes efímeras con las cuales vamos a contrastar. Acompáñenos, la historia será un poco divertida y no se vayan a sulfurar con lo que vayamos a contar. Tomen asiento, pónganse cómodos en cualquier lugar, eso es lo de menos, lo que importa es lo que van a escuchar. 

 

A partir de aquí no se si hablar en primera persona, tercera persona o quizás como narrador omnisciente. Pero lo que sí sé es que voy a dar un dato no tan relevante que posiblemente te hagas una idea de lo que vamos a tratar, simplemente eso. Tinder es una de las grandes aplicaciones para citas, encuentros, como le quieran llamar. Para conocer personas de tu interés o por interés, quizás esta información haya hecho MATCH con lo que te quiero contar. Calculemos mientras escuchamos en la gruta del rey de montaña ¿Cuántas personas se conocen a diario? ¿y hasta donde somos capaces de llegar?, ya que suceden muchas cosas. Plantéate  la idea del romanticismo, para que lo contado no se les haga tan fuerte y más bien crean en el posible amor, en el Romeo y Julieta, para que no queden como Isabel en la obra los Árboles Mueren de Pie que tuvo que empacar sus 7 vestidos y un reloj sin la hora de llegada. 

Estamos acostumbrados a lo mismo, que los jóvenes esto, que los jóvenes aquello pero este no es el caso. Bienvenidos a nuestra historia, a lo que posiblemente sea nuestra vida o nuestra existencia por experimentar. Soy Anne Coleman de Canadá y el... Jumm Andrés, el susodicho, pero que posiblemente sabrán más adelante. Ahh se me olvidaba es de Colombia, el resto ya lo sabrán abróchense su… donde sea que quieran porque esto de pronto  continuará.

Como ya sabrán no a todos les sonríe la vida de la misma manera que me sonrió. Eso pensaba hasta el momento en que descargue la App, Tinder, que por cierto no con muchos logre congeniar, a excepción de Andrés. Yo se que ustedes se estarán preguntando sobre ¿Quién verdaderamente soy? sencillo lo resumiré. Como lo había mencionado allá arriba, soy Annie Coleman originaria de Canadá. De una estatura no tan promedio que cuando camino quisiera sentirme tan alta como las palmas de cera representativas de Colombia. Como la mismísima egolatría  llenando a todos de esperanzas y con muchas pistas que ocultar, con 1,74 metros de vanidad despampanante que en ocasiones me ha jugado una mala pasada. Llevo conmigo mis alas, aquellas que decidieron renacer mientras bailaba una pieza del lago de los cisnes como la queridísima Nina Sayer en la película Black Swan. De cabello castaño y tan claro que mientras lo miras pareciera observar toda tu vida y justo la que no has vivido. De ojos azules e intenso como el mismísimo  mar que en ocasiones ese azul tan profundo parece traicionero. Con manos sutiles y delicadas, que cuando las tocas sentirás que estás agarrando el mismísimo cielo y hasta el paraíso, de contextura delgada que recalcan aquellas rememoranzas de amor fallidas y con la idea de encontrarlo por alguna avenida que la misma vida me hubiera atravesado. 

Tiempo después, justo después de terminar un reportaje me entró cierta curiosidad por experimentar mucho más allá de mis narices, de ver que traía el mundo para mí. Aquel día, con un ramo de rosas que me había comprado yo misma y luego de caminar por las calles solas donde sentía que la única compañía en aquel entonces eran las luces junto con el sonido silencioso que viene después de la soledad. Entré a aquel cuarto que me había acompañado desde la infancia recorriendo ciertos amores, ciertos olores de mi último amor, de que por cierto me pintaba una vida como la de Romeo y Julieta pero sin el final triste que ya todos conocemos. Después de una hora sin recordar exactamente descargue una App que posiblemente ahí encontraría mi felicidad, automáticamente se borran ciertos recuerdos perturbadores de mi existencia y del paso de este mundo por experimentar. 

1… 2… 3… fueron los instantes que recorrieron todo mi ser. El juego ha empezado. Descargar App, foto de perfil, selfie va, selfie viene. Todo para ver cual era la mejor hasta que justo di en el clavo con la que era. Like y dislike, match y rechazar, aún sin encontrar nada más solo preguntas de ¿Qué haces en la App?.

CAPÍTULO II 

EN LA AVENIDA 

Esta es una de las noches más frías y desesperantes por las que he pasado, nada suena y se siente igual. Horas atrás solo sentía el silencio que me consumía por no  estar completa, querida y amada en las frías noches de mi ciudad. Canadá. 3:30 a.m. de la mañana la hora impar la que siempre justifica que nunca irás un paso más adelante y que posiblemente estés en tu modo inverso. Justo antes de sentarme frente al espejo, de peinarme como de costumbre mis finas y delicadas hebras de cabello, escuché el sonido de lo que sería mi salvación. Una gran sonrisa se dibujó en mí, corrí como nunca hasta asomarme a la ventana y pensar que sería probablemente la imagen de mi futuro amor. No me precipitan hasta aquí, me he sentido muy romántica pero la verdad es que lo soy. Una romántica empedernida pero con 7 verdades las cuales no voy a mostrar.

Justo llegó el MATCH, el indicado. Aquel “Hola” acompañado de una gran sonrisa en su foto de perfil. De ojos cafés, como el café que acostumbro a tomar en las mañanas, tibio y cálido. De una tez morena no tan particular que posiblemente recalque mis días en el verano, más bien como cierta tarde en que le prometen a Amarilla la de Opio en las nubes que irán a una tarde playa y le comprará una pelota de colores. De labios carnosos que posiblemente mojen toda sensación inexplicable al clímax de la debilidad. Tan alto que con solo parpadear unas cuantas veces sobre su foto se confunde con una de las calles más largas en Canadá, Yonge Street y que sus 1,74 metros de longitud se despliegan de manera incesante sobre mi piel. Solo ese “Hola” bastó para sentirme entera, renacida y no apuñalada por el triste frío de este cuarto. 

Desde aquí y en donde quieran que esté cada uno de ustedes puedo sentir como sienten esa curiosidad de saber qué pasó. No soy el tipo de personas que dan mucho detalle pero cuando los doy soy bastante explícita porque así transcurre mi vida. Mi silencio y los últimos recuerdos que guarde en el álbum cuando no volví a saber de mi mamá, pero eso es algo que no les debe de interesar porque posiblemente nos desviemos de la historia y eso ambos no lo queremos. Démosle pauta a esta gran controversia que en unos párrafos más adelante se desplegará. Que digo párrafos más adelante, si yo también tengo ganas de contar, pero en realidad no se si lo estaré contando, posiblemente sea alguien más. Tengan a la mano todo lo que sea posible porque poco a poco se irán desatando los nudos pero tal vez algunos queden sin desatar. No quiero que esto suene a una breve instrucción pero como dicen los Colombianos, soldado avisado no muere en guerra quizás ciertos amores caídos si.

Empezó la conversación de una manera amena para ver qué ideales compartimos. Me decía preciosa y yo le decía lindo porque para ser sincera era lo más hermoso que habían cruzado mis ojos. Me planteé como la séptima maravilla arraiga a todo o nada, sentía un desespero acompañado por la incesante razón de no saber porque hacía lo que pretendía en ese momento, jugarme todas las cartas sin haber empezado con la baraja. Los días transcurrían y yo estaba más cerca de lo imposible pero también planteaba la estrategia de viajar y de conocerlo. Solo lo habíamos conversado unas cuantas veces, pero para mi se habían convertido en un millón de posibles sí y de algunas situaciones por enfrentar. 

Pero se llegó el gran dia, lo que seria una posible función grande, magnifica como la de Nina y si ultimo deseo frente al espejo de convertirse y ser ese gran Cisne Negro. Para mí no había ninguna otra idea que serlo pero bailando a mi ritmo, no con aquellas puntas desgastadas y con los pies amarrados a la posible muerte. Allí justo en la avenida estaba yo parada, tímida sin saber que locura iba a cometer. Duré dos horas esperando un taxi. Quizás la vida misma me decía que esta tampoco sería la ocasión o el destino librando Andrés de mí y del camino febril que quedaba por recorrer. 

ANDRÉS

Hasta el momento hemos hecho un recorrido totalmente distinto porque a partir de aquí la historia cambia de narrador, pero será por unos breves instantes diría un corte de comerciales ¿pero los comerciales si existen en una narrativa?, no importa si existe o no existe, lo que importa es que el orden de los factores no altera el producto ni de qué tan cerca está la X de la Y. 

Me presento y no faltaba mi cordialidad soy Andrés, del que se menciona líneas mucho más arriba, soy estudiante de Ingeniería Biomédica por esa razón hice mi relación con X y nuestra amiga Y. Soy Colombiano y estudio en la Universidad Mixta Nacional. Pero esta no es tal y como te la van a contar, no puedo dar más detalles pero lo que sí sé es que muchos vamos a terminar involucrados. Partiendo desde algún acto que quizás en otra vida cometí y justo hoy se tiene que pactar. Esto es una montaña rusa llena de sensaciones y muchas emociones y más cuando no podré avanzar  en la historia. Creo que el tiempo se me agota en estos últimos instantes, pero Anne tendrá la posibilidad de comentar.

Esto es una ruleta pero solo una persona estará jugando en la misma dirección y los otros estaremos opuestos a la verdad. Solo quiero hacer mención que probablemente esta historia estará llena de hitos por contar y si no es así es porque seguramente quien está contando la historia no quiere que se sepa nada hasta el final, quizás esta sea la razón por la que mataron a Santiago Nasar, aquí les dejo el dato por si no se han leído Crónica de una muerte anunciada. 

Creo que mi debut ya acabó justo aquí, pero lo bueno es que seguiré presente en cualquier escalón emocional  en el que tenga que participar y si no lo estoy es porque posiblemente mientras escribía esta introducción alguien haya llegado hasta mí y borrar toda existencia y mi participación aquí.  

Una última recomendación déjense llevar mientras avanza todo eso y justo antes de empezar el suceso final escuchen sin parar El lago de los cisnes que quizás una pista les haya de mostrar. 

 CAPÍTULO III 

EL ERROR

 

ANNE

Después de viajar 6403 km (3979 mi) de Canadá hacia Colombia 8 horas, 0 minutos de vuelo quedé de verme con Andrés, para conocernos, pero no sabía exactamente qué iba a pasar. Reservé un hotel para descansar y empezar con lo que para mí sería una historia de amor. 

Quedamos de vernos en un pequeño bar a las 8:00 de la noche a unas cuantas cuadras de donde estudiaba y a 15 minutos de donde me estaba hospedando. Nos vimos y fue muy tierno, hace mucho tiempo no  me sentía tan querida.  Lo que yo había hecho era una locura. Llegar hasta acá con el simple motivo de conocerlo y seguramente quedarme definitivamente para siempre en esta ciudad. 

Las horas pasaron, el licor aumentaba, los besos también, me sentía como en un país de las maravillas o como la mismísima Alicia cuando le tocó cruzar dos veces el espejo. Sentía que estaba soñando y tal vez que ese momento estaba siendo soñado por alguien más y no era yo la que lo experimentaba.  Justamente cuando sentíamos que estábamos en nuestro clímax del amor llegaron sus amigos.  Carlos, Felipe y Santiago que muy gentilmente se presentaron, pero que posiblemente uno de ellos tenía un misterio muy adentro. Después de una ronda más de licor de compartir información entre nosotros, de contarnos anécdotas e historias, tomamos la decisión de ir a una casa abandonada. Años atrás ellos mismos la habían remodelado para sus parches de amigos. 

A partir de ahí la noche se hizo larga y espesa, me sentía confundida, como si otra persona dentro de mi quisiera salir. Después de tanto caminar y en repetidas ocasiones sentirme saciada por la misma situación decidí finalizar con aquello que me movía el interior y como si no fuera yo la que habitara. 

Solo recuerdo que eran las 2:30 de la mañana y la situación se había puesto un poco tensa. Ya no estaba Santiago, ni Felipe, solo quedamos Andrés, Carlos y yo. Pero Carlos en ese momento no estaba con nosotros. 

Nos miramos fijamente, minuto a minuto, segundo a segundo conectando las respiraciones de nosotros. Sin alma y sin vida sentí como mi cuerpo se desnudaba en desdibujada fantasía. Sentí como aquella mano tibia rozaba la entrada de mi edén, abrazando todo fruto prohibido que pudiese encontrar en el camino. Poco a poco sentía como mi cuerpo se sumergía en una montaña rusa y en un lago de lodo profundo. Cierta sensación me transportó años atrás, donde aquella sensación se sentía como la que había vivido en aquel cuarto solo y frío que me había visto crecer durante un tiempo. 

Sólo recuerdo cómo sentía que mi pupila se dilataba suavemente y que mi respiración se iba acortando, justo antes de que agarrara la rosa y empezará a cortar sus pétalos. Se detuvo con delicadeza, hasta ahí no recordaba quien era, solo sentía que alguien más vivió en mi y que ese suceso hizo que se despertara con fuerza. 

*****

Me presento como el nuevo narrador de la historia, posiblemente Anne, Andrés y Carlos no quedaron solos del todo, seguramente llegó alguien más. El cual no lo sintieron jamás y lo mejor sería cortar algunos relatos de la historia porque todo llegará a su final. En este momento seguiré contando la historia además será un poco desviada de lo que se quiere contar.

Cierta noche con las luces apagadas y la febril mirada perdida en medio de la nada como si no recordara nada. Observe cómo el cuerpo de una persona tambaleaba por el camino. Me senté en el sofá y solo observaba  como se acercaba hacia la puerta. Se sentía nervioso como si hubiera cometido algún indulto, pero que posiblemente averiguaré. 

Lo cierto es que ciertas voces que vivían en mí salían con la madrugada hecha ruinas. Descalza y con la bufanda que me había acompañado hasta el lugar. Después de caminar dos cuadras veía como la silueta que había visto empezó a correr desesperadamente. Observe cómo entraba a un baño público, solo y con un olor no muy particular, más bien como si llevara años abandonado en ese lugar. Aquel baño era oscuro y solo un rayo de luz atravesaba una de sus ventanas. A paso lento sin respirar veía como la silueta se me hacía imagen y semejanza del mismísimo opio. Me sentí confundida como en una película de terror, sentí ganas de agredir y lo único que encontré fue un cuchillo oxidado. Solo sentía como mi cuerpo perdía la respiración y la sensación que había vivido años atrás  se presentaban de nuevo…

Lentamente me acerqué y me lavé las manos para sentirme menos culpable de lo que iba a cometer. Lo primero que recuerdo es como abrí la puerta y le enterré el cuchillo por la espalda. Sentía como mi cuerpo y mi alma se liberaba, bastó con esa sensación para seguir clavando el cuchillo una y otra vez, como si fuera un alfiler en un muñeco de vudú. Fueron tantas las puñaladas que corte de tajo toda su existencia, ahí tirado en el suelo termine de rematar de frente. Una y otras vez el cuchillo recorrió su abdomen, su rostro, arranqué sus ojos como los cuervos se los arrancan a los mentirosos, en sus costillas sin parar y sentir como sus 3 litros de sangre salían por cada una de las heridas desesperadamente. 

TESTIMONIO I

Perdón por colgarme aquí e interrumpir la historia pero estoy desesperada y no encuentro pistas por la muerte de  mi hijo Carlos. Soy su mamá y la verdad necesito que me ayuden, por eso me atravesé en medio de la historia. Sé hasta donde he leído que hay narradores diferentes, necesito el correcto que me ayude a dar una pista o que me cuente que paso esa noche. 

Como saben a mi hijo Carlos lo encontraron muerto en un baño con varias puñaladas pero no se sabe quién lo mató. El estudiaba comunicación social y periodismo, soñaba en grande en los medios, me quitaron los sueños y la vida, me arrebataron mi ser. Por favor, quien siga contando la historia que de cuenta de estos y que no quede ningún cabo suelto. Mi hijo estudiaba en la Universidad Mixta Nacional. No entiendo porque lo mataron si nunca daba problemas, pero de ojos para dentro uno ve una realidad totalmente diferente, pero de ojos para afuera la vida es completamente otra. 

No quiero que esta información quede entre líneas y quizás usted como lector entienda lo que estoy sintiendo, no sea sumiso y ayude a que la historia siga el camino para descubrir qué es lo que realmente está pasando. No voy a descansar y si es posible me colare en cada capítulo extendido después de mi testimonio. Encontrar a mi hijo tirado, sin ropa y cortado como tela vieja es la peor imagen que recordaré toda mi vida. Vida que ya no será la misma sin la presencia de Carlos, sentí que arrancaron las flores mas hermosas de mi Jardín, a mi cuidador y ojala que la misma culpa de quien sigue escribiendo la historia sin la verdad, se le remueva todos los días de su existencia.  

Ojala no me corten de tajo como le cortaron la vida a mi hijo. 

CAPÍTULO IV 

EL PRÓXIMO

FELIPE

Cuando supimos de la muerte de Carlos no lo podíamos creer, al parecer todos los recuerdos de nuestro imaginario se habían congelado para siempre. No encontramos la idea de que fue lo que verdaderamente pasó; aún el incesante desespero y el frío que acompaña esta ciudad nos impregna con lo sucedido, nadie da aviso de esto. Es como si la mismísima muerte se nos hubiera aparecido en carne propia o quizás hubiera mandado a alguien para que acabara con esto. Tal vez este nuevo capítulo lo empecé yo Felipe, porque a lo mejor mis últimas experiencias y vivencias queden justo en estos momentos reflejados. 

Puede que  todos en algún momento estemos condenados a la muerte ya que esto es una naturalidad, todos debemos nacer y cierto día morir, pero es algo de lo que nos aterra hablar, porque pensamos que cerrar los ojos será del todo peor que pasamos justo antes de morir. 

Conocía a Carlos desde hace muchísimos años, juntos crecimos y nos enamoramos de la misma profesión, la cual me imagino que sabrán, pero nunca me imagine cuál de los dos necesitaría morir primero para que el resto pudiera continuar con este sueño tan turbio que nos acogió. Solo están pendientes de los que siguen contando la historia. A veces no todo se acaba por la mentira, sino por la misma verdad. La verdad es la culpable de todo y cuando te enteras justo antes de morir esas pequeñas palabras de VERDAD no se van contigo y si, soy  el próximo en morir, de intercalarse en esta historia que posiblemente alguien la está contando por mí pero como si yo estuviera vivo en realidad. 

No recuerdo exactamente sobre lo que me pasó, solo sé que ese día estábamos en la Universidad haciendo honor a Carlos. Andrés había llevado a Anne para que lo acompañara y sentir un apoyo más. Recuerdo que nos quedamos hasta tarde y ya la universidad estaba vacía. Solo estábamos nosotros, por un momento quise estar a solas e ir un rato a una colina  que está atrás de la universidad. Salí, no me despedí, pero lo que sí sentía era que alguien estaba atrás de mi, como si me siguiera, pensé que era Carlos acompañándome donde solíamos estar, pero no era así. Al llegar allá me senté y visualice un poco lo que estaba pasando, justo cuando me estaba sentando sentí un fuerte impacto en mi cabeza. 

No se cuanto dure inconsciente, cuando me levante estaba en una mesa que había al lado de la colina. Amarrado boca abajo, sin ropa y totalmente lleno de cortes que parecían como si los hubiesen hecho con bisturí. Mi cuerpo se empezó a llenar de miedo pero ya no había marcha atrás. Veía como la luna se posaba sobre mí como noches antes de que Jesucristo muriera. Sin saber la hora con exactitud, después de recibir un fuerte golpe en mi cabeza, estar amarrado en una mesa me entregue por completo al destino de la vida mientras la luna se posaba en los últimos momentos de mi existencia. Sentí un fuerte chuzón en mi cuello, dejándome casi sin respirar mientras que los últimos instantes de mi vida recorrían rápidamente la inspiración que mi corta subsistencia, alcanzando mis mejores instantes, los que habían pasado y que nunca volverían. Todas mis rememoranzas fueron cortadas de tajo por la fuerte puñalada que atravesó mi garganta. Solo puede disipar una sombra mientras metía su cuchillo una y otras vez en mi cuello y por último atravesándolo por todo mi cuerpo desde el pecho hasta la ingle.

De mí no se volvió a saber más, solo que mientras me sepultaban dejé de sentir mis brazos, mis piernas, mi cadera y todo el resto de mi cuerpo, sentí que me cortaba aún cuando había quedado con los ojos abiertos. 

TESTIMONIO II

Creo que le pidieron testimonio al menos indicado ya que no me quiero involucrar de manera permanente y resulte siendo una próxima víctima. Aún no se esclarece lo sucedido, no se sabe nada del paradero de Felipe, quizás nadie lo busca porque él  era solo. No tenía familia, ni allegados acá en la ciudad. Claro que era buen estudiante, tenía de los mejores promedios en la universidad. Aún no se entiende porque desapareció, solo se sabe que se encontró su ropa intacta, sin dañar, eso fue lo más curioso. Aquí nunca se sabe con claridad que pueda pasar, este mundo es tan grande que probablemente siempre escuches en algún lugar de camino a casa, en la gruta del rey de la montaña.

CAPÍTULO V

 EL ALBA 

Ya hasta este punto de la historia no queda nada más que contar, al principio se hablaba de una historia de amor; pero probablemente se haya caído como el muro de Berlín. Nada es para siempre y si lo llega a ser, estarás condenado como Dante en su mismo poema La Divina Comedia, relatando sus cantos mientras atraviesa los 7 círculos del infierno. Fuimos los caídos de la historia menos uno, que quizás la ayude a contar todos los que ya no estamos tenemos la sospecha de quien verdaderamente fue, pero no hay líneas para tantos sucesos. Esto es una novela. contados por muchos pero narrados por uno solo, aunque a veces desvía con su escritura al lector. Quizás estas líneas no sean verdaderamente las mías, lo que puedo asegurar es que logre ver quién me asesinó. 

Una semana después de los turbios momentos sucedidos le escribí a Andrés para que nos tomáramos un café donde siempre, en la casa que habíamos rescatado ya que estaba abandonada. Me cansé de esperarlo toda la noche porque nunca llegó, supongo que estaba con Anne, su verdadero amor, la que lo había convencido de olvidarse de todos nosotros. Nunca me confié de ella, ni de su mirada penetrante que acompañaban sus ojos azules que al parecer eran una maldición. Solo recuerdo muy poco, me dormí con los mejores recuerdos que habíamos pasado juntos, incluso sentí que era mi última vez. 

Última vez que sentí mi cuerpo y mi corazón latir, no contaré sobre lo que me pasó quizás no es tiempo de empezar a contar. Dejaré el capítulo abierto por si alguien más está dispuesto a terminar este punto final. Y por si aún te está preguntando quién soy yo, seguro uno  de los amigos que andaba con Andrés has de recordar. 

Soy Santiago, el último en terminar de narrar, aún se desprende el alba sobre mí, en cierta noche que dejé de existir. Aquí en esta última página se sabrá que nos terminó de matar. Pronto encontrarán una pista la cual nos llevará a todos hacia la verdad, no se preocupen yo estoy bien, pero seguramente la persona que terminó de contar este final no los termine de convencer.